INVIERNO

 

 

I

Bajo las alas rosa de este laurel florido,

amémonos.

-Juana de Ibarbourou.

 



La sal es agua

y mi corazón

un puerto que se oxida.

No me escuches

que mis palabras

son torbellinos,

soy el relincho,

de un viejo azabache

corro entre la bruma del mar,

no es lo común de la lluvia

es la espesura de amar

de animales náufragos,

es el callar del que sabe de amor,

los que lamen sus heridas

como los gatos

los que curan las posibilidades

con las lenguas del olvido.

 

Un puerto soy, de felinos

que no saben leer

las líneas de las aguas

de las aves

de las golondrinas

y las gaviotas.

 

Espera que ha empezado la lluvia

no se volar.

 

 

 

 

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