Mírame bien. Ponte seria y mírame con tus ojos. No, no cierres ninguno. Mírame con los dos ojos tuyos muy abiertos...
Cada que veo tu nombre en alguna parte, sucede algo aquí...
Cartas a Clara, Juan Rulfo.
Cuando leas esta breve nota, sonríe que alimentarás mi alma, como la alimentas cuando me cuentas las cosas que sueñas, las cosas que miras, la veces que provocas una mirada de atención en cualquier persona que pasa a tu alrededor, por qué dime: ¿quién puede dejar de ver el campo cuando las flores nacen?, todos verán tus ojos y los amarán, todos escucharán tu voz y soñaran contigo, nadie puede limitarse de conocer la exactitud de presencia.
Yo te admiro como privilegio, yo te sueño como una forma inmerecida de conocer el universo, tu me explicas la creación del amor con tu voz, eres la claridad después de la lluvia, eres el amor que se esconde en mis heridas y en mi propio cielo en las profundidades de mi razón.
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