Una lucha contra la desigualdad.

 La historia de la revolución sigue alimentando la hoguera de los sueños de que, a pesar de todo, sí es posible alcanzar un gobierno para la gente. Si en aquel tiempo fue posible, ¿por qué no ahora?

Luis Cardoza y Aragón.


El día de las elecciones recordé mucho las charlas con mi padrino Mario Anibal, cuando me repetía incansablemente que la única forma de resolver los problemas del gobierno era a través de una revolución, recuerdo también que en 2015, se subió a una tarima en el parque central de Quetzaltenango a decir lo mismo que había sostenido en las conversaciones hasta altas horas de la noche en su casa, con Raúl Toscana quien debatía esta posibilidad pero siempre fiel creyente que algo debía hacerse pronto y en la primera vuelta del domingo sucedió.

Para muchos has sido sorpresa los resultados, pero para mi es un claro reflejo de que las mayorías están conscientes de la desigualdad en la que vivimos, donde más de la mitad de la población guatemalteca esta en pobreza y no existen los mecanismos necesario para esa mayoría sera productiva y el país empiece a avanzar como tanto lo necesita, una de las principales causas ha sido el capitalismo jerárquico que por muchos años ha tenido en abandono el país y dando un grueso relevante a la brecha de desigualdad donde las condiciones de vida en nuestro territorio cada día son de beneficio para unos pocos, pero el resto sigue intentando sobrevivir con un salario mínimo que no alcanza a cubrir la canasta básica vital, vivimos en medio de una desnutrición crónica en el occidente del país, pero también con indicadores alto de bienes de lujo concentrado en pocas manos.

Por Mario Anibal conocí a Juan Alberto Fuentes, quien en el primer semestre de este año nos dio una cátedra sobre como estamos cooptado por una elite que maneja la mayoría de los recursos del país, durante ese periodo Mario dejó de existir, y fue siempre mi promesa de hacer lo correcto, y quisiera Mario que pudieras estar hoy vivo para que te dieras cuenta lo que está sucediendo, sin una revolución pero con la convicción de las personas a través del voto, ese tiempo que viste muy lejano, está llegando.

Si te has detenido a leer hasta acá no importa si votaste en la primera vuelta, o si apoyaste a otro partido, este es el momento de que con tu voto puedas hacer historia en nuestro país, y sabes cual es la opción que puede hacer un cambio para reducir la brecha de desigualdad y hacer una nación más productiva con oportunidades para las mayorías, y no como vivimos ahora, Guatemala necesita una mejor educación y una mejora en las condiciones económicas, no podemos dejar que pase más tiempo, la responsabilidad de que podamos ser mejores está en tus manos.



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