San Cristóbal de las casas



La estación espacial China posiblemente caerá en Guatemala y mientras eso suceda yo estaré cruzando la frontera en silencio, haré mi oración del pesaj con los audífonos puestos como quien recita una canción favorita, repetiré una y otra vez el nombre que solo yo conozco.
¿Por qué te escondes en el viejo mundo?, me gusta creer que aun lloras mientras duermes y que en tus viajes a las ciudades costeras pides que hagan el Tefilat Hadderej.
Cómo son las horas  en las ciudades que mi mente no imagina,
cómo se habla de perdón en los rincones donde no se cree en la muerte,
dime que se siente flotar en el agua de una ciudad que te desconoce,
dime que se siente abrazar nombres de pueblos  como si fuesen hijos.
Quisiera decirte que soy feliz, que no extraño verte beber una cerveza a mitad de la tarde, que mi casa no se cae a pedazos y que todas  las ciudades me reciben con lluvia desde que te has marchado.
Quiero y querer es algo tan vacío ahora cuando le digo al doctor que estoy enfermo, mientras el me observa como se ven a los cachorros abandonados en la calle para decirme:
que latinoamerica empieza desde nueva Orleans
que Van Gogh también era obsesivo, que debo dejar ir, que debo ser Ulises.
Pero yo que veo un tus ojos Ítaca, se que nunca mataré al minotauro, me ahoragé en una ducha de agua tibia y nunca verás en mi a teseo, sólo sentirás mi muerte navegar tu vientre la próxima vez que veas llover.

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